lunes, 26 de septiembre de 2011

Entrevista a Javier Ruibal (2011)

Sueño es el nombre del último trabajo del músico portuense que, al igual que sus anteriores Lo que me dice tu boca (2007) y el ya mítico Pensión Triana (1993) da cuenta de que el medio natural de este músico inigualable sigue siendo el directo. Por Manuel Álvarez Ugarte

Casi una década había pasado desde la última vez que entrevisté a Javier Ruibal cuando el pasado mes de mayo volvimos a encontrarnos en un café de Madrid. Aunque en honor a la verdad, nuestros caminos, que afortunadamente vienen cruzándose desde hace tiempo, a veces en Madrid, otras en Cádiz, me han mantenido cerca de su quehacer creador, de su permanente búsqueda, su mirada crítica, su espíritu de artesano orfebre de la canción.
Se lo recuerdo, a propósito de esta entrevista, porque en aquél lejano 2002, entre otras cosas, me dijo, literalmente: “-hace dieciocho años que vivo de la música sin problemas, tengo mi público, mi gente, es decir, estoy justificado como artista (…)” A lo que yo le pregunté:

Cómo actualizaríamos esa frase a día de hoy?
Bueno, es verdad, cuando te dije aquello habían pasado así, de repente, dieciocho años de este oficio, que es como a mi más me gusta llamar a esto que hago, que en realidad son palabras que tomo prestadas al Maestro Serrat. Llamarle oficio, creo, ennoblece la tarea a veces minúscula del creador de canciones, pequeñas historias en definitiva que buscan su espacio, su lugar en el tiempo. Si lo llamáramos arte estaríamos presuponiendo (nosotros) que lo que hacemos es de una talla y envergadura importante cuando en realidad son la gente y el tiempo quienes lo dicen.
Pero volviendo a tu pregunta, diría que básicamente sigo siendo el mismo aunque he hecho algunas mejoras y he aprendido a descartar ciertas opciones “un poco veleidosas”, llamémosle “tentaciones oportunistas” algunas veces por argumentos artísticos, otras, por razones de edad. Uno sencillamente no se ve ya haciendo determinadas cosas… Diría que en comparación con entonces, hoy comienzo a entender mejor de qué va esto y a tener control sobre la imagen sonora de mi mismo.

Uno conforma la imagen sonora que mejor lo representa…
Yo no sé si quienes me ven de fuera piensan si el traje que llevo me queda bien o grande. El criterio indumentario puede ser variado. Lo que sí importa es sentirse cómodo en esa ropa que llevas y eso es lo que yo siento. Trato de velar por ese equilibrio que se debate entre lo que uno cree que debe hacer y lo que está haciendo. Personalmente, creo que se parecen bastante, aunque uno siempre ambiciona más.

Tus últimas experiencias discográficas desde Lo que me dice tu boca han sido grabaciones en directo. Por qué?
Porque creo que el disco debería ser siempre el recuerdo de lo que se oye en el escenario. No creo que haya mejores discos que los que retratan fielmente esa convivencia de espíritus, que es como yo vivo la experiencia del directo. Más allá de las músicas y los públicos hay siempre una energía que fluye de arriba abajo y viceversa. Y naturalmente, en las grabaciones así, esa complicidad, tantas veces dada por el aplauso, esa energía, se nota.

Portada de "Sueño" (2011)
Cuéntanos cómo se gesta Sueño y de dónde viene la idea de trabajar con una orquesta.
La idea viene del convencimiento de que la música a interpretar –recordemos que Sueño se compone de temas míos ya conocidos, sólo hay dos temas nuevos- tiene una plasticidad que permite esa reinterpretación instrumental. Esto que he hecho no es nada nuevo, no nos engañemos, lo han hecho cientos de artistas ya. No hemos inventado la pólvora, sinceramente, pero para mi, grabar con orquesta constituye un sueño largamente acariciado.
La cuestión, una vez tomada la decisión, fue plantearse: y ahora cómo lo hacemos?, Quién arregla esto? Y lo más importante: cuántas montañas tendré que saltar para poder hacerlo? Porque, en fin, yo no soy un artista de primera línea que pueda decir: -vale, llamo a una orquesta, ganaré menos dinero y ya. No, no es el caso. Así que, esas cosas sólo se podían solucionar con compañeros y compañeras que fueran cómplices en este viaje.

Quiénes fueron los cómplices?
La orquesta me la proporcionó el Instituto de las Artes y las Letras de Andalucía, muy gentilmente por cierto, como reconocimiento a mi aportación a la cultura musical de mi tierra. Javier López de Guereña escribió todos los arreglos y, lo más importante: le dio al conjunto de los temas una estructura de trama, como si fuera una ópera, compuso una obertura instrumental sobre melodías de otros temas míos que no se tocarían después, y todo esto sin que desaparecieran los colores de la paleta con la que suelo pintar…

Una tarea harto difícil…
Sí, bastante, porque en el centro de esta nueva aventura está la idea de no desbaratarle a ese público cómplice aquello que viene buscando cuando asiste a un concierto mío: colores flamencos, colores Caribe, árabes, orientales…
La estructura del concierto la decidió Javier López de Guereña y a mi me pareció bien. Sólo pedí corregir dos momentos de excesivo vértigo en los que pasaban tantas cosas con la orquesta que yo me perdía y me costaba tanto que casi preferí simplificarlas, porque, entre nosotros, aquí conté más compases que en toda mi vida.

Luego está la logística de los ensayos y la grabación en directo…
Bueno, realmente tres ensayos y la grabación, no hubo más. Movilizar a tanta gente es muy complicado. Por eso también, para mí, la sensación de riesgo, al no estar familiarizado con aquello de cantar en un contexto de estas características, aumentaba tanto. El audio se grabó en un concierto en el Teatro Manuel de Falla en Cádiz y el vídeo, con su correspondiente audio del DVD, en el Gran Teatro de Córdoba. No se grabaron los dos en audio y vídeo por razones presupuestarias, aunque el espíritu fue el mismo. Con todo, fue una experiencia de riesgo, porque aunque lo preveas todo, siempre hay cosas que no esperas que puedan ocurrir. Por ejemplo: nadie te garantiza que en mitad de la grabación en directo no se pueda caer un atril y hacer ruido, o como en el Teatro Falla, que tiene una caja escénica muy alta, muy abierta, y está al lado de una iglesia. Si por lo que fuere al párroco le diera por llamar a sus feligreses con campanas, ¡pues imagínate!
En cuanto a los ensayos, primero hubo uno del director, Oliver Díaz (otro gran cómplice de esta aventura), sólo con la orquesta. En el segundo ya me incorporé yo para ir aclimatándome aunque sin cantar, luego en los otros dos ya participé activamente, luego de eso: el salto al vacío (risas).

Próximas presentaciones de Sueño?
De aquí a una semana en El Puerto de Santa María. Por ahora estamos en gestiones para hacer Granada y Sevilla en septiembre, aunque sin confirmación aún. Personalmente, me gustaría poder hacer más este concierto en espacios apropiados porque –y esto no lo digo por mi- creo que la coherencia que tiene la obra en si misma -y eso es trabajo principalmente de Javier López de Guereña y Oliver Díaz- así lo amerita.   

Hablemos del flamenco, tan presente en toda tu obra, cómo lo escuchas hoy, después de tanto camino andado?, Qué flamenco te interesa ahora?   
Sigue presente, como siempre, y ahora que ha sido declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, pareciera que me ha dado por volver un poco a los orígenes. Y se lo debo a una circunstancia de la vida que no esperaba, verás: resulta que mi hija Lucía es bailaora de flamenco y vive en este momento de su vida una acalorada pasión con la raíz más honda, más antigua de este arte. Ella es la que me trajo de nuevo a casa los sonidos de grandes figuras a las que, sin embargo, el tiempo no ha acabado de poner en un lugar significativo de la historia. Chaqueta, por decirte un nombre, es un buen ejemplo de ello.
Te diría que aunque no me considero un músico flamenco -sí un buen aficionado-, el flamenco es algo que habita en mi música, como un color, como una seña de identidad a la que como andaluz no quiero renunciar. En ella me reconozco y por eso me gusta que me acompañe.
A mi entender, lo verdaderamente interesante, lo que a mí me llama la atención ahora tiene que ver más con los artistas que con la música en si misma: si se reitera, si corre riesgos, si perfecciona lo que hace, si toma nuevos rumbos…

Qué nos depara el futuro en materia de proyectos, Javier?
El futuro tendrá que ver con las canciones que vengan, como hasta ahora. Ellas lo contarán, aunque claro, entonces ya será parte del pasado… El futuro siempre es una incógnita, aunque creo que lo que hoy por hoy estamos viviendo en toda España, a raíz de los movimientos asociados al 15-M, traerá muchas y muy buenas historias que contar y por las que seguir cantando. Al menos así lo deseo yo. 

Si te ha interesado esta entrevista te proponemos un fragmento de "Sueño" en el Gran Teatro de Córdoba.