miércoles, 21 de marzo de 2012

Prueba de guitarra Ana María Espinosa Rodríguez "Clásica"

Ana María Espinosa en su taller de Lanjarón (Granada)
Guitarra clásica de concierto construida en Lanjarón, Granada. Delicado sonido y exquisito tacto. Por Manuel Álvarez Ugarte

La historia de esta guitarrera granadina comienza en 1996. En ese año, y bajo la tutela del luthier holandés René Baarslag, construye su primer ejemplar. En un principio tomó como referencia un modelo de Antonio de Torres, pero con el tiempo, tras descubrir los secretos tanto de la artesanía como del funcionamiento acústico, comenzó a introducir variantes hasta concluir en un sistema propio. Nueve años después, el talento de Ana se confirma, los guitarristas quieren sus instrumentos y para ello se ponen a la cola de una larga lista de espera. Hoy nos centramos en una de sus más recientes creaciones dentro de la línea clásica. De su jardín, esta flor.

Construcción tacto y sonido
En los numerosos años de ver instrumentos y probarlos he publicado numerosos artículos sobre guitarras construidas por señores guitarreros y, curiosamente, ninguno de una señora luthier. Afortunadamente la hora ha llegado, a nuestras puertas golpeó Ana María Espinosa Rodríguez, maestra en el arte de la artesanía guitarrera, para enseñarnos una significativa muestra de su esmerada labor.
El modelo firmado por nuestra protagonista a principios del año 2005 es, sin rodeos, un excelente trabajo. Construida con materias primas de primera calidad: pino abeto alemán en la tapa armónica, palosanto de India en aros y fondo, cedro de Honduras y ébano en el conjunto mástil-diapasón, nada más pulsarla enseña lo mejor de sus encantos: el timbre. Una vez más, nos encontramos refiriendo a este particular como si se tratara de lo más importante, y es que en cierta medida lo es. Un timbre personal, unido a todo aquello que se espera de una gran guitarra: afinación, volumen, respuesta, equilibrio, constituye, de algún modo, una garantía de su capacidad para articular colores, dinámicas y matices. En definitiva, transformar en producto musical vivo todo lo que habita en el universo de ideas del ejecutante.
La guitarra que nos ocupa este mes es poseedora de todo aquello y además presume de un timbre –por lo menos desde el punto de vista del que suscribe- delicioso. Atributos acústicos aparte, el abordaje del diapasón es cómodo y la escala que forman los diecinueve trastes de alpaca no sólo es correcta, oh milagro de los procesos empírico-científicos, el Si del decimonoveno traste de la prima ¡afina bien! El recorrido por las diferentes tesituras confirma la intuición que sobre su estupenda afinación tenía, como así también la casi completa ausencia de notas muertas. Además, el detalle de poner un punto sobre el borde del diapasón a la altura de la casilla VII, es todo un acierto.
Desde el punto de vista de la estética, hay que reconocerlo, las manos de Ana María han hecho de lo que podría ser un simple mueble, un bellísimo y sutil encaje de exquisitos detalles: dobles ribetes en la tapa junto a delicados filetes perfilan las cenefas de los aros y el fondo, dando el contrapunto más apropiado a un fino mosaico confeccionado artesanalmente.
La también delicada pala (de diseño propio) exhibe un original tallado y la oportuna elección del preciso clavijero alemán Rubner, equipado con paletillas de madera, suma un punto estético al tiempo que asegura firmemente la tensión de las cuerdas.
Para terminar, hay que destacar que el barnizado aplicado ha sido goma laca a muñeca, apenas una delgada capa, para que la madera vibre sin condicionantes y gane en brillo y profundidad con el tiempo.

Características
Ana María Espinosa Rodríguez “Clásica”

Precio: € 3.000 (precio del año 2005, consultar actualización al teléfono de contacto)
Origen: Lanjarón, Granada, España
Tapa: pino abeto alemán
Aros y fondo: palosanto de India
Mástil: cedro de Honduras
Diapasón: ébano
Trastes: alpaca
Acabado: goma laca a muñequilla
Contacto: 95 877 0442